> Pequeños agujeros negros pueden arrojar asteroides a la Tierra <
Fuerzas invisibles, carambolas cósmicas y un eventual apocalipsis. Parece ciencia ficción, y lo bueno es que sólo una proverbial mala suerte lograría que dejara de serlo. La última hipótesis sobre amenazas a las que se enfrenta nuestro planeta señala a los agujeros negros primordiales, restos compactos de materia oscura que podrían desviar a los asteroides y, en el peor de los casos, lanzarlos hacia nosotros.El estudio de los asteroides como posibles causantes de catástrofes naturales ha recibido una gran atención en los últimos años, pero hasta ahora sólo se habían tenido en cuenta las pequeñas variaciones que podría sufrir su órbita a causa de los planetas.
Ahora entran en juego los agujeros negros, en concreto los que se originaron en el Big Bang y aún subsisten en forma de objetos increíblemente compactos: pueden medir sólo un metro y tener una masa equivalente a la de la Tierra.
Por ello, serían capaces de desviar a un asteroide si se juntaran lo bastante a él. Y lo peor es que ni siquiera lo veríamos, puesto que estos agujeros negros primordiales podrían formar parte de la llamada materia oscura del universo, cuya acción gravitatoria detectan los telescopios pero cuya naturaleza exacta se desconoce.
Estos eventos podrían resultar en desastres, locales para nuestro Sistema Solar y globales para la TierraTras un desafortunado encuentro entre un agujero negro primordial y el cinturón de asteroides de Kuiper, podría originarse un cometa que, con la suficiente mala suerte, colisionaría con la Tierra.
Así ocurrió cuando los dinosaurios fueron borrados del mapa, y así ha ocurrido aproximadamente cada 190 millones de años en la historia de nuestro planeta, aunque no hay forma de saber si los agujeros negros primordiales han estado involucrados.
Debido a la naturaleza escurridiza de estos objetos, un cambio orbital en un asteroide provocado por ellos sería impredecible y, por tanto, mucho más peligroso.
Aunque poco se sabe de la materia oscura -de ahí su sonoro nombre-, lo cierto es que los agujeros negros primordiales, que se habrían formado en el origen del universo mediante inmensas acumulaciones de masa, son objetos teóricos que aún no han sido detectados.
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